lunes, 22 de mayo de 2017

El Gran Misterio Parte 1



Pablo en el libro de los efesios, principalmente, se refiere al matrimonio como el gran misterio, haciendo referencia a la unión de Cristo con la Iglesia Efesios 5:32


Para muchos hoy en día esta unión sigue siendo un gran misterio, pues no logran entender la comparación que establece la escritura entre una unión divina como la del Señor con su iglesia y la de dos pecadores en el matrimonio; sin embargo, de la buena comprensión de esta comparación que el apóstol Pablo realiza, de esta unión divina; dependerá en gran manera la importancia que le demos al pacto matrimonial, y a nuestros roles y compromisos en él.

De manera que a partir de hoy dedicaremos unas cuantas entradas a explicar cual es este Gran Misterio que menciona el apóstol Pablo en cuanto a la relación que tiene el matrimonio con Cristo y su iglesia.
Este estudio tiene su base en el Libro "El Significado del Matrimonio" de Timothy Keller

Para que comencemos a entender que es lo que significa este gran misterio, debemos recordar que la Escritura nos presenta a Dios «estableciendo la institución del matrimonio para bienestar y felicidad de la humanidad».

La escritura enmarca la historia de la humanidad en dos bodas, una inicial y una grandiosa boda final.  en el principio, en el libro de Génesis se establece una unión matrimonial entre Adán y Eva, la que finaliza con el desposorio de Cristo con su Iglesia en el libro de Apocalipsis.

De manera, que podemos decir contundentemente que el matrimonio es un vínculo instituido por Dios, por tanto, lo que Dios instituye, también lo regula.

Desde luego, en estos tiempos es difícil tener una adecuada perspectiva del matrimonio. Pues generalmente tendemos a considerarlo desde nuestra propia experiencia, a riesgo de distorsionarlo.

Muchos enemigos se levantan hoy en día persiguiendo este sagrado vinculo, el feminismo, la promiscuidad, la falta de compromiso, etc. Pero de ellos el principal enemigo del matrimonio: es el estar centrado tan solo en uno mismo.

Este mundo encamina sus esfuerzos no solamente en aislarnos, sino en hacernos cada vez más egocéntricos, desde la publicidad hasta la perversa teología de que somos dioses en potencia, alimentan nuestros corazones de ese ego perverso que busca amarse más a si mismo que a cualquier persona.

Nada hay tan destructivo en un matrimonio como el estar buscando la autorrealización, pues esta carrera egoísta da por sentado que el matrimonio y la familia son instituciones para fomento del desarrollo personal y necesarias para hacernos felices y personas «completas», Posición absolutamente contrastante y contraria a la Escritural, que nos invita a morir a nosotros mismos en pos del beneficio del otro.

Son muchas las ideas erradas que tenemos en cuanto al matrimonio, realmente aquí una vez más necesitamos desintoxicar nuestra mente y reaprender correctamente lo que la Palabra de Dios nos enseña de este vínculo tan importante.

Muchas veces he repetido que el propósito del matrimonio no es hacernos felices sino santos, y es que en el matrimonio se experimenta la convivencia en un grado de intimidad no alcanzable en ningún otro tipo de relación, y se dan en consecuencia unos cambios no imaginables de forma previa, Como lo más doloroso, y lo más extraordinario: así es como presenta la Biblia el matrimonio.

No hay mejor laboratorio ni mejor incubadora para crecer espiritualmente que el matrimonio, si hay un lugar donde poner a prueba todo lo aprendido respecto a Dios y su Palabra es el matrimonio, es el lugar donde debemos repetirnos una y mil veces las lecciones, donde debemos orar y orar sin descansar, es el lugar donde realmente se ve la evidencia de nuestro nuevo nacimiento y de la comprensión de todo aquello que recibimos.

El matrimonio es un completo desafío, porque es una institución viva, cambiante, que se enfrenta a múltiples situaciones y múltiples tensiones, en el transcurso de los años, tendrás que aprender a amar de nuevo a una persona que ya no es la misma con la que te casaste, porque habrá cambiado en la medida de lo que es lógico y natural que cambiemos los seres humanos.

Esta es una razón muy importante para que tengamos una correcta visión respecto a lo que nos brindara el matrimonio, considéralo como un campo de entrenamiento, no lo consideres como un trofeo que llenara tu vida de aquello que le falta. En el matrimonio no debemos buscar aquello que solamente podemos obtener de Dios. 
Nuestra estabilidad, plenitud, gozo y felicidad no deben depender ni de nuestro conyugue ni de la situación por la que atraviese nuestro matrimonio, pues nuestra fe debe estar entera y completamente depositada en Dios.


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