¿CONOCE USTED SU BIBLIA?
¿Sabe usted porque cree lo que cree?, ¿es capaz de defenderlo Bíblicamente? ¿Cuál es su respuesta cuando alguien habla o escribe acerca de una de las doctrinas que usted cree?, ¿es usted capaz de presentar defensa con mansedumbre de las doctrinas que cree? o prefiere ignorarlo y seguir pensando que lo que usted cree es lo correcto aun cuando no tenga ninguna base bíblica para sostenerlo.
Dios nos entregó Su Palabra, en ella está contenida Su voluntad para nosotros, en ella Él se revela a nosotros y nos muestra Sus atributos y Su carácter, en ella podemos conocerle y saber cómo agradarle, por medio de ella podemos saber si nuestra fe es auténtica y si El realmente es nuestro Señor. No se trata de memorizar unos cuantos versos, ni de buscar lo que dice la Biblia acerca de mí, de mis sueños, mis esperanzas, mi felicidad, etc. El ser humano por naturaleza es egoísta y egocéntrico, está tan enfocado en sí mismo que por lo general, no se acerca a la Biblia buscando que es lo que Dios quiere que sepa y obedezca, sino que es lo que Dios va a darle.
¿Creería usted en el amor o en la amistad de una persona que ignora el 90% de lo que usted dice? Cuando una persona ama leer solo los versículos que hablan de promesas y bendiciones (aunque mal interprete el texto) y no encuentra gozo en leer toda la Palabra de Dios, está demostrando que no ama al Señor. Jesús dijo “el que me ama mi Palabra guardará” (Juan 14:23), esto nos habla de OBEDIENCIA y no podemos obedecer lo que no conocemos o no entendemos. Obediencia a Dios no significa perfección impecable y perfecta, pues todos fallamos y tropezamos, sino la disposición de obedecerle aun a pesar de nuestros fallos, errores y debilidades. Un verdadero creyente puede caer en pecado, pero no hace del pecado su forma habitual de vida, tropieza en pecado, pero no planea el pecado para llevarlo a cabo.
Su eternidad no depende de cuánto usted cante, ofrende o sirva en una Iglesia, incluso puede llegar a predicar o enseñar en total ignorancia de la Palabra de Dios, mucha gente lo hace, simplemente repiten una predica o estudio de su predicador favorito, no importando si lo que está repitiendo es verdad o es una doctrina falsa, ¿Cómo podría notar la diferencia si NO conoce La Biblia? La actividad religiosa no significa que usted sea verdaderamente cristiano. La prueba de su fe es la obediencia a La Palabra de Dios. Sólo el estudio y lectura dedicado de la voluntad de Dios contenida en Su Palabra puede cambiar su mentalidad y renovarla de tal modo que cambie su vida y comience a producir fruto del Espíritu (Romanos 12:1; Efesios 5:18-19; Colosenses 3:16).
Solo conociendo La Biblia, usted será capaz de identificar cuando alguien le predica un evangelio distinto, es decir un falso evangelio (Gálatas 1:9), ya que solo conociendo la Biblia usted podrá ejercer verdadero discernimiento. Solo por medio de la Palabra de Dios usted podrá presentar defensa de la fe, dar razón con mansedumbre de las doctrinas que cree (1ª. Pedro 3:15), corregir con paciencia a quienes se oponen (2ª.Timoteo 2:24-26) y entender que el trabajo de convencer a otros de la verdad no es suyo sino del Espíritu Santo de Dios (Juan 16:8). Solo conociendo y estudiando La Palabra de Dios usted podrá presentarse delante de Dios como un siervo aprobado que no tiene de que avergonzarse pues maneja la Palabra de Dios correctamente (2ª.Timoteo 2:15).
Lea y estudie La Palabra de Dios en su congregación, en su casa, con su familia, a solas. Si el entretenimiento ocupa todo su tiempo libre, recorte el tiempo que dedica a la televisión, amigos, o incluso actividades religiosas y dedique por lo menos una hora de su tiempo a Aquel que le dio la vida. Si hay algo que ocupa su tiempo y no puede dejarlo, eso se ha convertido en un ídolo y Dios aborrece la idolatría.
Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca, piense en sus conversaciones habituales y sabrá que hay dentro de su corazón. Si lo que hay son deportes, política, entretenimiento, murmuración, enojo, descontento, o incluso si de lo que habla es de su actividad en la Iglesia, pero enfocado en lo que usted hizo o hará, o de músicos, canciones o “películas” cristianas, pero NO de la Palabra de Dios, es necesario que renueve su entendimiento y llene su corazón de lo que realmente agrada a Dios. Ore a Dios pidiendo que le dé la Gracia para amar Su Palabra y comience hoy mismo a leerla con regularidad.
**Tomado del FB de Predica la Palabra
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