viernes, 21 de marzo de 2014

De frente al Guarda Ropa


¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo. Gálatas 1:10

A veces me pregunto qué es lo que las mujeres pensamos justo en ese momento de las mañanas en el que estamos frente a nuestros armarios.

¿Cuál es nuestra motivación al vestirnos? Será acaso vernos como una mujer fatal,
Como una eterna adolescente, o como una oferta sensual ambulante?.

Y es que realmente es triste y preocupante, ver como la “moda de este siglo” ha permeado incluso nuestras iglesias, porque puede no extrañarnos (sin afirmar que sea lo correcto) que una mujer se vista provocativamente en la calle si no conoce de Dios, pero que una mujer que profese ser cristiana no sepa reconocer si su forma de vestir es coherente con lo que profesa, es algo mucho más complejo.

Veamos a través de este versículo de 1 de Timoteo algunas pautas que nos da la escritura para un correcto vestir:

1 de Timoteo 2:9 (PDT) A su vez, quiero que las mujeres se vistan con modestia, con respeto hacia los demás y con decencia. No se adornen con peinados exagerados, ni oro, ni perlas, ni ropa costosa

a. Que se vistan con modestia: Debemos aprender que nuestra belleza no radica en cómo nos vemos, sino en quienes somos, por eso no necesitamos llamar la atención hacia nosotras con nuestras prendas de vestir o con lo mucho que dejamos ver.

En esta sociedad cada día mas confundida, el valor de la mujer tal y como el Señor lo establece en la palabra se ha perdido, creo incluso que a muchas mujeres cristianas les parece salido de contexto el mensaje de la escritura, pues prefieren verse como las ve el mundo, que como nos quiere ver Dios.

Abundan las cirugías, los rellenos en la ropa, el super wonder bra, las transparencias, la poca ropa, etc., y muchas veces parece que corriéramos desesperadas a alguno de estos medios para ser encasilladas en lo que la sociedad de hoy en día considera “una mujer perfecta”

La modestia implica contenerse en ciertos límites y parte de esos límites son las demás mujeres a nuestro alrededor y los varones que les acompañan, o con quienes compartimos ciertos espacios, esto da pie a la segunda pauta:

b.  Con respeto hacia los demás: Hoy en día hay muchos hombres que se sienten incómodos con la forma de vestir de muchas mujeres, y ni que decir de muchas esposas o madres de jovencitos que sienten la misma incomodidad cuando una mujer poco vestida entra en su mismo recinto.

Y es que cuando nos vestimos debemos tener en cuenta que hay mucha gente a nuestro alrededor, pero lo más importante es saber que no solamente predicamos o compartimos de la palabra con nuestra boca, sino con nuestros actos y si, también con nuestra apariencia.

c.  Con decencia: haciendo una búsqueda en el diccionario de la palabra decencia, se encuentran muchas inflexiones como  recato, respeto  a la moral sexual, dignidad y honestidad. Entre ellas brilla la palabra respeto, porque como veíamos en el punto anterior la gente a nuestro alrededor merece respeto, pero como hemos de saber que es el respeto hacia el prójimo si no nos respetamos a nosotras mismas?

Aunque suene muy extremo exhibirse como mercancía a la venta no es respetarnos a nosotras mismas, es sencillamente seguirle el juego a esta sociedad que considera que tras la liberación femenina, ahora la mujer es solo un objeto de placer.

Entonces, la próxima vez que estemos frente al espejo tengamos en cuenta la palabra, decencia, honestidad y dignidad antes de escoger nuestro vestuario.

d.  No se adornen con peinados exagerados, ni oro, ni perlas, ni ropa costosa: Es importante que conservemos nuestra femineidad, no digo que este mal vernos hermosas, radiantes, elegantes bien vestidas. Pero esta no debe convertirse en nuestra prioridad, y nuestra vida no puede girar en torno a cómo nos vemos.

Tampoco está bien gastar cantidades absurdas de dinero en marcas, o en la última tendencia, o sufrir la “depresión del Closet” cuando supuestamente no tenemos nada que ponernos en medio de toda la ropa que tenemos.

Mujeres, no necesitamos brillar ni por nuestras curvas, ni por nuestra ropa ni por nuestras joyas ni por nuestra piel. Ahora más que nunca necesitamos brillar por nuestra obediencia a Cristo, por el papel que desempeñamos como mujeres, profesionales, madres, esposas y amigas.

El apóstol pedro nos da un excelente Tip de Última moda:

1 de Pedro 3:3-4 (TLA) Que el adorno de ustedes no sea de cosas externas, como peinados exagerados, o con joyas de oro y vestidos lujosos. La belleza no depende de las apariencias, sino de lo que hay en el corazón. Así que, sean ustedes personas tranquilas y amables. Esta belleza nunca desaparece, y es muy valiosa delante de Dios.

Entonces siempre que te mires al espejo piensa, para quien te estas vistiendo: para agradar a los hombres (y aquí no hace referencia solo al sexo masculino) o para agradar a Dios. Y si aún deseas agradar a los hombres, hace falta que mengues mucho más, para que crezca Cristo en ti. Pero recuerda siempre que: Tu valor no lo da el mundo.

Tu valor lo dio  Dios al dar su vida por ti, expiar tus pecados e imputar su justicia a tu cuenta, adórnate siempre con la virtud de ser una mujer temerosa de Dios, obediente a su palabra, llena de su gracia.

“El vestirse de manera inmodesta es como aventarse y revolcarse en el lodo, vas a recibir atención pero de los cerdos”. @proyectogtg

jueves, 13 de marzo de 2014

Cuando Dios extiende su mano



Y vio Dios que era bueno…. Esta palabra se repite una y otra vez en todo el relato de la creación, dejándonos muy en claro cuál era el estado de lo creado por Dios antes de la caída, y no solo de la creación como contexto para el hombre y la mujer, sino de ellos mismos.

Dios nos creó buenos y agradables a sus ojos, pero el pecado entro al jardín del edén y desde ese momento ya nada fue igual.

El pecado es como una mancha de petróleo en el mar, que se extiende cubriendo todo de oscuridad, impidiendo que entre la luz y por lo tanto llenando de muerte todo lo que toca. Esta es una mancha muy difícil de quitar y sus consecuencias perduran largamente…

Una vez que Eva peco, desobedeciendo a Dios y comiendo del fruto del árbol que el Señor había prohibido, el pecado no quedo allí, pues también alcanzo a su marido.
En esa porción de la escritura podemos ver, como el pecado no es algo que afecte de manera individual al ser humano, sino que afecta todo cuanto hay en nuestro alrededor.

Ese primer pecado tuvo nefastas consecuencias, que nos afectan hasta el día de hoy, las relaciones tuvieron un cambio dramático, no solo se afectó la relación con la creación, pues en la maldición que Dios le da a Adán vemos como ahora, la tierra seria contraria para la humanidad, el trabajo sería difícil, así como conseguir el sustento y el alimento, pues la tierra había caído bajo maldición produciendo ahora cardos y espinos. Génesis 3:17-19

En Génesis 3:16 vemos como la consecuencia del pecado, transformo el hermoso momento de un parto en un momento difícil y doloroso (pero aun así, por la misericordia de Dios lleno de esperanza), las relaciones entre hombre y mujer también se verían seriamente fracturadas, desde aquel momento comenzaría una lucha de poder, dominio y control de uno sobre el otro.

Toda relación fue quebrantada, el espíritu del hombre había muerto, a partir de ese momento la humanidad había quedado destituida de la gloria de Dios.

Pero en medio de ese trágico y terrible momento, en el cual el Señor se pronuncia a la humanidad, representada en Adán y Eva, vemos también cuán grande es su misericordia cuando hace la más hermosa promesa que ha permitido que su pueblo elegido camine en fe a través de toda la historia:

Génesis 3:15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,    y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza,     pero tú le morderás el talón.

Esta porción de la escritura es conocida como el Protoevangelio. Allí mismo en el momento de la caída, Dios abre una luz de esperanza, anunciando que a través de la mujer nacería un hombre que traería salvación a la humanidad.

Cristo seria nuestro salvador y redentor, aquel que nos llamaría de muerte a vida y haría todas las cosas nuevas.

Y precisamente, porque ahora hacemos parte del pueblo de Dios y gracias al sacrificio expiatorio de Cristo podemos llamarnos sus hijos, es que debemos vivir haciendo lo que nos corresponde, dando gloria a Dios con cada cosa que hagamos, cada papel que desempeñemos.

Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado! 2 de Corintios 5:17(NTV) Por eso coherentes a ese regalo precioso de nueva vida que se nos ha dado, debemos trabajar día a día por buscar esa santidad que anhela Dios en nosotros.

Romanos 12:1-2 (NVI) Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.  No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.

Hoy tenemos la oportunidad de restaurar muchas de esas relaciones que se fracturaron en la caída del hombre, por eso nuestra mente debe ser vaciada por completo, para poder aprender nuevamente el significado de ser mujeres, madres, esposas, hermanas, hijas, amigas y siervas.

Dios ha sido bueno al dejar un registro en su palabra, de la vida de hombres y mujeres tan de carne y hueso como nosotros, que lloraron, rieron, se equivocaron, aprendieron y que pudieron conocer la buena voluntad de Dios.

A partir de hoy, quiero que juntas comencemos a hacer un recorrido por cada uno de esos papeles que tenemos como mujeres, para que de la mano de la Palabra de Dios, redescubramos cual es la voluntad de Dios para cada uno de ellos.

Le pido al Señor, que nos permita vaciar completamente nuestra mente, de todas aquellas cosas que aprendimos en el pasado, y aun en nuestra nueva vida en cristo, que no son conformes a su voluntad. Que sea su Espíritu Santo exhortándonos y enseñándonos, a través de la escritura, cual es el papel que como mujeres estamos llamadas a ejercer en esta sociedad que cada día se aleja más de Dios.


Seamos esas lámparas ardientes, que reflejen la gloria de Cristo e impactemos nuestras familias, nuestras iglesias y nuestro entorno, mostrándole al mundo, que viviendo en obediencia a Cristo se puede gozar y disfrutar de su voluntad buena, agradable y perfecta.





jueves, 6 de marzo de 2014

No muerdas la Manzana...


El capítulo 2 del Génesis nos relata la maravillosa creación de la mujer como complemento al varón, nos muestra como Dios se tomó el trabajo de crearnos en detalle, no del polvo como adán, ni de la corteza de un árbol y mucho menos del caparazón o pluma de algún animal.
Dios nos creó a partir de una parte de adán, del interior de su cuerpo, de la fortaleza de sus huesos, los mismos huesos que le dan soporte y estabilidad a su cuerpo.

Fuimos tomadas de una costilla, y como sabemos por biología básica, son las costillas las que protegen y guardan el corazón, Proverbios 31:11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.-  Que hermoso y simbólico lugar del cual fuimos tomadas; como dice el comentarista Matthew Henry: “La mujer fue hecha de una costilla del costado de Adán: no fue hecha de su cabeza para gobernar sobre él, ni de sus pies para ser pisoteada por él; sino de su costado para ser igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada”.

Los planes y propósitos de Dios son perfectos, por eso debemos ser tan cuidadosos de seguir su palabra, de estar atentos a su dirección.

Hoy veremos como Eva quiso tener más allá de lo que se le había otorgado, fuera del plan y el propósito de Dios; codicio, deseo y al final fue vilmente engañada por la serpiente.

Revisemos esta historia directamente de la Palabra de Dios: 
Génesis 3:1-6 (NVI) 
La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer:
— ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?
—Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.”
Pero la serpiente le dijo a la mujer:
— ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.
La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.

Aquí vemos como la serpiente comienza su conversación con Eva hablando algo que es parcialmente cierto o mejor, algo que dijo Dios pero ella lo planteo de una forma alterada y distorsionada. (Que cantidad de serpientes hay predicando el evangelio hoy en día, distorsionando la palabra de Dios y añadiendo nuevas revelaciones, atractivas y seductoras).

Ante la primera pregunta de la serpiente, cargada además de un tono irónico, Eva responde acertadamente, pues el mandato que dio Dios al hombre fue este: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.» Génesis 2:16

Eva conocía el mandato, la advertencia de Dios y sabia también que desobedecerlo tendría una clara consecuencia, pero la astuta serpiente sabia como obrar, era tan sencillo como poner en la mente de Eva una semilla de duda sobre la palabra de Dios, que germinaría prontamente dando como fruto, el pecado.

La serpiente replico entonces: ¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

Su primera expresión es: No es cierto, no van a morir, esto cuestiona completamente la palabra dada por Dios, siembra duda en el corazón de Eva y anula toda consecuencia y castigo, hecho esto, procede a ofrecerle una mejor y más atractiva interpretación de la palabra de Dios y Eva la recibe gratamente como si viniera de parte de un enviado especial.

La serpiente cambia una expresión de generosidad, con una de mezquindad, le dice a Eva lo opuesto que Dios había mandado, exagera los rigores de la restricción amorosa de Dios y lo muestra como un ser mísero, egoísta, terco y estricto. 
Satanás hizo que Eva olvidara todo lo que Dios le había dado  y que centrara su atención en las cosas que no podía tener, únicamente.

Con Eva poniendo en duda la palabra de Dios, las consecuencias anuladas y su mente y corazón girando en torno a "todo lo que le faltaba o aquello maravilloso que podría tener" lo único que restaba era coronar esta terrible mentira con un deseable propósito: se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios.

Satanás uso un motivo que no era malo del todo, parecerse a Dios; finalmente esa es nuestra meta suprema, pero lo que hizo satanás fue teñir ese deseo, de ser como Dios, con ambición, mostrándole a Eva como desafiar la autoridad de Dios, como tomar su lugar e intentar decidir lo que era bueno para su vida.

Siempre la exaltación del Yo conducirá a la rebelión contra Dios, nunca debemos olvidar que nosotros no tenemos la capacidad moral de determinar lo que está bien o lo que está mal, »Nada hay tan engañoso y perverso como el corazón humano. ¿Quién es capaz de comprenderlo? Jeremías 17:9.

Podemos creer que estamos haciendo cosas buenas, o que vamos por el camino correcto y podemos estar yendo directo al despeñadero. » Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. Proverbios 16:25
La esencia del pecado es poner el juicio humano por encima del mandato de Dios, la obediencia a Dios no se racionaliza, obedecer es una muestra del perfecto amor, ese amor que echa fuera todo temor. 1 de Juan 4:18.

No importa que usted no comprenda a fondo un mandato de Dios, confíe, Él es Dios, por eso nuestra única fuente de verdad es su Palabra.

Nunca debemos dudar de la palabra de Dios, la duda es el campo abonado, donde crecen las semillas de la desobediencia; querer vivir vidas independientes de Dios es comer la manzana más grande de este siglo.

La desobediencia da como fruto amargo el pecado, este a su vez es como una mancha de petróleo en el mar, que se extiende cubriendo todo de oscuridad, impidiendo que entre la luz y por lo tanto llenando de muerte todo lo que toca. 
Esta es una mancha muy difícil de quitar y sus consecuencias perduran largamente...