viernes, 5 de diciembre de 2014

El único Árbol de todo el jardín del Edén

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Génesis 2:16

La imagen que acompaña esta entrada, realmente es una imagen muy diciente, pienso que las mujeres muchas veces seguimos el patrón de Eva, en vez de disfrutar las grandes cosas que nos dio el Señor nos aferramos al único árbol que El restringió de nosotras.

Una vez más quiero que regresemos al libro de Génesis (aun después de casi un año no salgo de mi fascinación por los 3 primeros capítulos del génesis) y es que estos 3 capítulos son tan dicientes, tan importantes para nosotros como hijos de Dios, son fundamentales para entender el porqué de nuestra existencia, el porqué del orden preciso en el que Dios lo creo todo y nos permite entender y por lo tanto estar vigilantes a esas señales de advertencia que nos da la escritura acerca de cómo nos acecha el pecado.

El versículo 16 del segundo capítulo de Génesis nos muestra como Dios le da al hombre la libertad de comer de todo árbol del huerto y le hace solamente una restricción de todo cuanto le había dado en la creación. El hombre podía alimentarse de todo el jardín, le había sido concedido nombrar a todos los animales creados por Dios, y le había dado el mandato de señorear y sojuzgar la tierra y todo cuanto en ella había (génesis 1:28)
Eva conocía muy bien este mandato y también conocía el gozo de caminar con Dios, de seguro se gozaba en sus caminatas en la mañana por el jardín, en el tiempo en el que disfrutaban de la presencia del Señor y también en el tiempo de trabajar y compartir con su amado Adán.
Y aunque todo era perfecto en este panorama lleno de plenitud, armonía, santidad, teniendo a su mano todo cuanto nuestro buen Dios había creado, un día Eva dejo que algo diferente a la sabia palabra de Dios llenara su mente, una sutil pero venenosa voz comenzaba a llenar la mente de Eva… ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? Génesis 3:1 (Cuánto daño le hace a nuestro ser la palabra adulterada)

Al parecer estas palabras de la serpiente hicieron gran eco en la mente y el corazón de Eva porque a partir de ese momento su mente perdió el foco, ya no podía disfrutar de todo cuanto Dios le había dado, pues sus ojos se habían fijado en el único árbol que ella no podía tener…La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y comió. Génesis 3:6
Su mente comenzó a entretejer un sinnúmero de buenas razones para obtener aquel fruto: es bueno, tiene buen aspecto y es propio para adquirir sabiduría.

En este punto deseo que hagamos un alto, y viajemos de Génesis 3 hasta nuestros días, respondamos con honestidad esta pregunta: cuantas cosas contrarias a la voluntad de Dios nos parecen buenas, de buen aspecto, e ideales para adquirir sabiduría?
No son acaso “buenos” ideales los de la liberación femenina?
No es acaso ideal para adquirir sabiduría el pastorado femenino?
No es de buen aspecto una falda corta o una blusa con escote profundo?

A Eva no la desvió del camino correcto otro varón que la llamaba al adulterio, tampoco fueron sus impulsos que la llevaron a acabar la vida de alguien, Eva se desvió del camino por alejar sus ojos de lo que Dios había ordenado y centrar sus ojos en ella misma, en lo que su corazón engañoso anhelaba alcanzar. Bien dice la escritura que son las zorras pequeñas aquellas que echan a perder el cultivo. Cantares 2:15

Hoy me pregunto porque muchas mujeres seguimos deseando ansiosamente aquello que no se nos fue dado por orden divino, no porque no fuéramos capaces, no porque no fuésemos iguales que el varón a los ojos de Dios, sencillamente porque Dios estableció un orden y una subordinación practica para que tanto nuestras familias como la iglesia pudiesen funcionar bien, y estoy haciendo referencia al liderazgo bíblico, que fue entregado desde un principio al varón.

Hoy muchas mujeres están empeñadas en llenar la iglesia de ideas feministas, no es la iglesia la que está impactando al mundo sino el mundo el que está permeando la iglesia. La palabra es clara y a esta época ya no existe una nueva o mayor revelación que la que conocemos en la escritura, pero seguimos empeñándonos en seguir los estereotipos de mujeres “exitosas” del mundo, mientras muchos de nuestros hogares se caen a pedazos.
Cada día son más los niños que crecen solitarios o levantados por una nana, la abuela o cualquier otra persona que no fue la que Dios dispuso para que le enseñara el camino; también tenemos más esposos que llegan solos a su hogar porque su ayuda Idónea esta tan ocupada tratando de salvar el mundo, que no ha tenido tiempo de recordar que su esposo fue dado por Dios y tiene toda la prioridad en el hogar; y que decir de la cantidad de mujeres que están ansiosas de recibir un buen consejo, un abrazo, instrucción bíblica acerca de cómo llevar su casa, pero que no encuentran una sabia mujer que pueda guiarlas, porque las mujeres que conocen están abarrotadas de actividades de liderazgo y ejerciendo una labor que no les corresponde.


Mujeres nuestro ministerio es maravilloso, no permitamos que nuestros ojos se fijen ciegamente en el único árbol del jardín que Dios restringió para nosotras, el gozo de la vida está en hacer la voluntad de Dios, por eso recuperemos nuestros hogares, levantemos hijos sabios, cuidados y amantes de la Palabra de Dios, amemos a nuestros esposos, cuidemos de ellos, seamos mujeres sujetas, seamos la ayuda idónea para la cual fuimos creadas, y recordemos que hay muchas mujeres jóvenes, maduras, niñas que necesitan un buen concejo centrado en la escritura, que necesitan ser enseñadas en la Palabra, que requieren la experiencia de una mujer que ha caminado algunos pasos más en el Señor y que pueda guiarla, exhortarla y ayudarla a ver todos los hermosos árboles, flores y frutos de los que está lleno este jardín.

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