La palabra
de Dios está llena de contrastes, sabiamente, siempre estamos viendo el ejemplo
del bueno y el malo, del hijo de Dios y el hijo de satanás, de la luz y la
oscuridad, de la vida y la muerte.
En el
evangelio de Mateo, el Señor Jesús le relata a sus discípulos una parábola en
la cual vemos un gran contraste que ilustra la situación de muchos creyentes
hoy día, aquellos que tienen su fundamento en la roca y aquellos que lo han
puesto en la arena. Lo complejo de este contraste es que a simple vista no
podemos percibir alguna diferencia, las dos casas pueden verse aparentemente
iguales, pero en el momento de la prueba, cuando llega la tormenta, allí podremos
ver realmente donde estaban puestos sus cimientos.
"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca"
"Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena"
Entonces, como saber cuales son los cimientos que sostienen nuestra fe? la respuesta es muy sencilla y la obtenemos al responder la siguiente pregunta: ¿obedeces a Dios en toda área de tu vida? obedeces su Palabra?
responder estas preguntas es muy importante, ya que la construcción de un carácter cristiano se forja en torno a la obediencia, de nada nos sirve llamarnos cristianos, si ponemos en duda la palabra de Dios y no la obedecemos.
solo un verdadero discípulo hace la voluntad de su maestro, aprende de el, desarrolla una estrecha relación que le permite conocerle, agradarle, buscarle y caminar a su lado.
Cuando nuestra vida cristiana se fundamenta en lo que sentimos, en lo que vemos, o peor aun, en lo que tenemos; estamos levantando una casa sobre la arena, pero cuando nuestra vida se fundamenta en la Palabra de Dios y en la obediencia a Cristo, sabemos que estamos edificando sobre la roca.
Solo cuando obedeces a Dios y a su palabra, es cuando realmente crees. puedes aparentar vivir una vida piadosa, tener un estilo de vida moralmente correcto, hablar y parecer un seguidor de Cristo, pero si no le obedeces podrías estar dentro del grupo de aquellos que el Señor llama hacedores de maldad, los cuales menciona en Lucas 6:46 "¿Por qué ustedes Me llaman: 'Señor, Señor,' y no hacen lo que Yo digo?" ...Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Mateo 7:23).
La elección de todo cristiano tiene un propósito y este es que recuperemos la imagen de Dios, como fue antes de la caída....y vio Dios que era bueno! Romanos 8:29. No podemos perder de vista que Dios no gira en torno al hombre, El gira en torno a su propia gloria, el es el Ser supremo, el creador de todo lo visible y lo invisible, quien puso las bases de la tierra y encerró el mar tras sus compuertas. El propósito de nuestra vida es glorificar a Dios, en todo momento, en todo lugar, en cada acción, cada pensamiento.
Fuimos preparados de antemano para buenas obras, si bien la salvación es un regalo que se nos da por gracia, quien entiende correctamente el plan de salvación, sabe que ha de entregar completamente su vida a Cristo, y la forma en la que debemos hacerlo es como el Señor lo manda en Romanos 12:1-2 Renovando nuestra mente, dejando atrás todo aquello que nos separaba de Dios: ira, contiendas, pleitos, celos...(Gálatas 5: 19-21) y viviendo nuestra vida conforme al Espíritu de Dios, llenándonos de: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.
Así, cuando venga la tormenta, cuando el viento sople fuerte y las olas parezcan cubrir todo aquello que ven nuestros ojos, podremos estar tranquilos, y saciarnos de esa paz que sobrepasa todo entendimiento, porque sabemos que nuestra casa no caerá, porque fue cimentada en la roca, que es Cristo, Señor nuestro.
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