miércoles, 17 de diciembre de 2014

Una Verdadera Navidad


Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14

Llega la época de la navidad, de festividades, de celebración de nuevo año y demás… Pero realmente sabes que estas celebrando y festejando?
Esta pregunta llega a mi tras un interrogante que me expone mi pequeño hijo: Mami si no todos tienen su fe puesta en Jesús y la navidad es la celebración de su nacimiento, entonces por que todo el mundo lo celebra?
Realmente fue una pregunta muy profunda para venir de un niño de 8 años, y eso me puso a reflexionar mucho sobre el significado de estas festividades.

En la red también se escuchan muchas voces respecto a si debemos o no celebrar la navidad, y pienso que como Cristianos no está mal tener esta celebración, siempre y cuando estemos siendo conscientes de lo que estamos festejando.

El pueblo judío espero por muchos años la llegada del Mesías, desde Génesis 3 vemos como esa se convierte en la columna vertebral de la Escritura, Miqueas 5:2-5 es una gran profecía acerca de su llegada, ansioso esperaba el pueblo generación tras generación que el heredero de David por fin llegara a reinar, pero aunque todos le esperaban, solo pocos le reconocieron, los demás le crucificaron.

Y que hay de diferente de ellos a nosotros?, si prácticamente en todo el mundo occidental estamos en esta época celebrando el nacimiento de Jesús, en países como Colombia se celebran las conocidas “novenas” que son más una tradición católica, donde durante 9 noches consecutivas a partir del 16 de Diciembre se reúnen las familias y los amigos a compartir y a rezar  una serie de oraciones que ya son conocidas prácticamente de memoria; esta serie de oraciones o lecturas, tienen como fin narrar los acontecimientos desde la anunciación a María hasta el nacimiento del niño en Belén, todos las recitan, todos cantan, todos comen…

Pero, es consciente la gente de lo que está leyendo, repitiendo y haciendo?, como dice mi pequeño, todos celebran pero no todos tienen su confianza puesta en El, todos le “conocen” pero pocos tienen una verdadera relación con El.
Y es que esta época se ha visto ampliamente bombardeada por el consumismo, el desenfreno, por la moda de último año, los regalos, las comidas, las invitaciones, el licor y las celebraciones, que nada tienen que ver con lo que estamos celebrando.

Esta, debería ser una época de reflexión, de oración, de suma gratitud y alabanza al Señor por haberse despojado de todo y haber venido a la tierra a hacerse hombre para darnos salvación Filipenses 2:6-8
Si eso es lo que realmente tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón, entonces esta es una época oportuna para enseñarles a nuestros hijos toda esta maravillosa y gran verdad, es una época para hablarle a nuestros amigos y vecinos de cuan maravilloso es el Señor que nos amó sin merecerlo y se entregó por nosotros, es una época para recordar que Cristo dio su vida para reconciliarnos con el Padre, y a través de esa reconciliación, hoy gozamos de regalos inmerecidos como llamarnos hijos de Dios, como el haber recibido un corazón de carne sensible a su voz, tener al Espíritu Santo de Dios habitando en nuestro ser, tener la Escritura en nuestras manos y a través de ella, tener toda la revelación necesaria acerca de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Son muchos los regalos que recibimos sin merecer por parte del Padre, nacer de nuevo sin duda es el mayor de todos, y poder tener la certeza de que le veremos en la eternidad es nuestro aliento.
Así que no vivamos estas fechas como los paganos, seamos luz que brilla y refleja a Cristo, seamos esa sal que no permite que su derredor se descomponga, seamos la imagen de Cristo para otros, hablemos de Él, entonemos himnos, leamos la Palabra, enseñémosle a nuestros hijos que la verdad de la navidad no es un hombre barbudo y vestido de rojo que les da regalos, No! la verdad sobre la navidad es que celebramos la encarnación de nuestro buen Dios, un Dios Santo, Santo, Santo que se hizo hombre, habito entre nosotros y murió por nosotros para darnos el regalo más grande que podemos recibir, la Gracia de haber sido escogidos inmerecidamente para ser sus hijos, para conocerle, exaltarle y sobretodo Glorificarle.

Este es un excelente tiempo para evangelizar, para acercarnos a las personas, para restaurar relaciones lastimadas, para pedir perdón, para perdonar, para amar; es un excelente tiempo para que muchos puedan escuchar el verdadero mensaje de salvación, no temas confrontarles, que celebran? Que conocen? Saben que realmente ninguna “buena obra” les llevara a Dios? Saben que somos absoluta y perversamente pecadores y que estamos destituidos de la Gloria de Dios?...
NO es un mensaje fuerte, es un mensaje absolutamente necesario, porque nuestra tarea es serle testigos.
Así que no nos sumemos a este mundo, vivamos y mostremos que es una verdadera Navidad.

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