viernes, 13 de junio de 2014

No temas!!


¡Dios es mi *salvación!
    Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza,
    el Señor es mi canción;
    ¡él es mi salvación!»
Isaias 12:2 NVI

Creo que no hay nada más complejo que no tener el control sobre alguna situación, y en esto sí que somos débiles los seres humanos, pues generalmente nos gusta tener el control de todo, incluso más allá de lo que nos corresponde.
Adán y Eva fueron encargados como mayordomos del edén, podían literalmente sojuzgar la tierra, inclusive a Adán le fue dado el honor de nombrar a todas las criaturas que el Señor creo, pero eso no fue suficiente, ellos querían mas, Eva quiso inclusive tener el control del conocimiento del bien y del mal... ser como Dios, y por eso comió del fruto y peco.

De manera que así como entro el pecado al mundo, este vino acompañado de muerte, sufrimiento, dolor y TEMOR. Y nuestro buen Dios que nos conoce a plenitud, sabe que constantemente padecemos de este sentimiento y que muchas veces desmayamos o llegamos a paralizarnos cuando nos invade.
Teniendo esto en cuenta, es maravilloso saber que Dios hace referencia a no temer, unas 366 veces en la escritura, y esto es importante, porque Dios sabe que tenemos necesidad de escuchar esto una y otra vez, necesitamos entender que es El, quien tiene el control.
Por eso, cuando Dios hace mención a que no debemos tener temor, generalmente lo hace acompañado de un recordatorio de que Él es Dios, de las cosas que ha hecho y de las que hará.
Esto nos recuerda que el control de nuestra vida lo tiene Dios, que es El quien pelea nuestras batallas y que es El quien va delante de nosotros.

El temor  también muestra que en el fondo de nuestro ser reconocemos nuestra incapacidad, aunque pretendamos tener el control y ser superiores a Dios en muchos casos, en el fondo sabemos que somos similares a un niño, que colocándose una capa cree poder volar.
Si bien, somos responsables de nuestras acciones, y sabemos que  nuestras decisiones determinan nuestro futuro, una vez  el Espíritu santo obra en nosotros, somos conscientes que todo cuanto ocurre en nuestra vida está bajo la soberanía de Dios.
Por eso es vital e imperativo conocer realmente al Dios que adoramos, conocerlo tal cual El decidió revelarse a nosotros, lo cual hace a través de la escritura, y no conocerlo a medias irresponsablemente, delegando a otros la tarea de estudiar la Palabra, o haciéndonos una imagen a nuestra semejanza de quien es Dios.

En la escritura encontramos nuestro soporte y sostén, para afirmarnos ante una situación difícil y no temer, de Génesis a Apocalipsis vemos el desarrollo del plan de Dios para la humanidad, en el antiguo testamento vemos como Cristo aparece como un brillo o destello en medio de esta revelación, y en el nuevo testamento vemos como lo que antes estaba velado ahora se descubre y brilla con luz propia.
De manera que la forma en la que podemos conocer a Dios, ver lo que ha hecho y saber lo que hará, es escudriñando la Palabra.

Josué 1:9 nos dice: Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.
Que hermosa palabra es esta que le da el Señor a Josué, palabras de ánimo a un general valiente que debía partir a  conquistar la tierra prometida, de la misma forma que nos acompañaran estas palabras en este peregrinar por esta tierra.

En sus innumerables encuentros con Moisés el Señor también le da estas palabras de ánimo, instándole a no temer, inclusive le da una respuesta poco usual, al interrogante de Moisés de cómo saber que Dios mismo era quien le acompañaría a la difícil tarea de enfrentar al faraón y pedir la libertad de su pueblo, Dios le dice a Moisés: Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto[a] en esta montaña. (Éxodo 3:12)
Moisés comprobaría la voluntad de Dios y su promesa, únicamente a través de la obediencia, puedo leer este versículo muchas veces y no dejo de sorprenderme, es tan contrario a lo que nosotros esperaríamos como respuesta, porque nosotros queremos verlo todo, conocerlo todo tenerlo todo planeado, pero los planes de Dios son más grandes que los nuestros, además son perfectos (Isaías 55:8-10; Jeremías 29:11).

Lo que nos enseña este versículo es que para comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12:2) debemos obedecer, debemos dar ese paso de fe y confianza en creer lo que el Señor nos ha dicho.
Y por qué debemos creer? Porque él es Dios, es nuestro rey soberano y omnipotente, porque él fue quien nos llamó, quien nos compró a precio de sangre y porque es el quien ha comenzado una maravillosa obra en nosotros y con gran gozo habrá de terminarla, para alabanza y gloria de su nombre.

Entonces cual debe ser nuestro sostén en medio de este mundo difícil, en el cual nos enfrentamos a las adversidades, al dolor, a la injusticia, al peligro?
Nuestro sostén y fortaleza, es el conocimiento correcto de Dios, de quien es el, de sus atributos y su naturaleza, ese conocimiento, que es la verdadera sabiduría, es lo que nos permite enfrentarnos a las situaciones difíciles de la vida con otra óptica, porque lo hacemos con la certeza de quien es El y sabiendo que El SI tiene el control de todo cuanto ocurra, por eso sin importar que nos enfrentemos a terribles desastres, por ejemplo, tendremos la certeza de que nada se ha escapado de su plan y su control (salmo 46:2).

Así que esfuérzate en conocer a Dios, lee y estudia su palabra, medita en ella de día y de noche, memorízala, recítala, hazla parte de tu vida, para que de esta manera aprendas a conocer al Todo Poderoso, y de esta manera puedas comprender porque no debemos Temer.

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